Y ni siquiera amaneció.
Bien. Antagonismo en su forma más pura.
Rechazo al inteligente y espontáneo potencial ingeniero. Que sabe de música, e inglés, y francés. Y me manda cosas como ésta:
Viens, mon beau chat, sur mon coeur amoureux;
Retiens les griffes de ta patte,
Et laisse-moi plonger dans tes beaux yeux,
Mêlés de métal et d'agate.
(Charles Baudelaire)
Y mi cabeza se aboca al pelotudo repetidor, idiota, hiriente, inmaduro, competidor, medio-inculto y violento que me camorrea todo el tiempo. Pendejo.
Nací pelotuda, por lo visto.
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