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lunes, 15 de enero de 2018

Aggiornate, querida

En slow motion me acerco al inicio, que a su vez es el final. El inicio de algo nuevo, y el final de lo conocido. El inicio de una aventura, y el final de la rutina. Quiero creer. Y ahí está el crack.
Si retrocedemos en el tiempo (o en el blog - sorry not sorry) se puede apreciar que mis vivencias están acechadas por una serie de comportamientos desafortunados ligados directamente a la ansiedad. Y derivados al autoboicot estilo Charlotte's Web, pero versión gore. Es con la expectativa post-incertidumbre que comienza a trabajar este engranaje extraño que se encarga de pisotear cualquier brote de esperanza posible que pueda llegar a surgir.
Ahora, a  menos de un mes para irme, empecé a desmentir todos los proyectos y posibilidades a los cuales estaba abierta hace menos de un mes atrás. Si pensaba en terminar con un buen laburo, ahora voy a dormir en plazas y vender mis objetos personales para poder comer. Si pensaba en hacer muchos amigos, ahora soy la freaky autista que se va a quedar sola. Y no investigué nada de lo que pretendía investigar sobre Polonia, el lugar, el idioma - hasta tratando de escribirlo me aplasta una sensación overwhelming de TANTO (tantos lugares por visitar, tantas cosas por ver y hacer) que termino en off. Y a otra cosa mariposa. Y no. Y me niego a aggiornar la música de mi celular para el viaje, o el disco externo, o la memoria del celu. Cosas que decimos que son boludas, pero terminan siendo importantes.
Me asusta un poco, también, el hecho de que inmediatamente despues de pensar en Polonia, pienso en Italia. Chanfles. La experiencia me dice que ese *atraco* o ese rush, ese querer saltar escalones, no está bueno y te lleva por mal camino. No te deja disfrutar del aquí y ahora. ¡¿Pero por queeeeeeeeé eres así?! Mi Yo y mi Superyo te desafiamos a un duelo, palurdo Ello, ya verás. A tal nivel reconozco la negación que hasta consideré seguir el método de Marie Kondo para darme una excusa y terminar de organizarme (!!!!!!!!!!!!) MENTALMENTE, COF COF.

En resumen -y mi cerebro es reticente a encontrar las palabras para poder elaborar la idea que quiero dejar por escrito y fijate cómo carajos termino creando un chorizo vocabular sin sentido- lo que quiero decir es que mil y una posibilidades pueden surgir de este viaje, y estoy abierta a todas; no sé cuán copado o no puede ser - si es de pro y abierta o si es de veleta, la cosa es que los caminos a tomar se empiezan a multiplicar y se vuelven inimaginables y es como cuando algo se llena mucho y pum! explota y después queda vacío. Pero no sin nada, sino que hay, pero vacío.
Lleno de vacío. Tanto que está vacío. High asfísicacuántica AF.
Ay, que miedo, la concha de la lora.
Ahora me manijeo pensando que esas palabras subconscientes quieren decir algo subliminal y oscuro, como un buitre que me mira desde arriba y se ríe.
Y la ansiedad otra vez.

jueves, 28 de diciembre de 2017

viernes, 22 de diciembre de 2017

martes, 12 de diciembre de 2017

When you wish upon a star

La pasión despertó con mi primer viaje a Disney.
Antes habíamos tenido vacaciones familiares, sí: desde pequeña, a las playas más conocidas, pasando por Córdoba y Bariloche, y alrededores. Hasta mis diecisiete había sido así, recorrer íconos del país en base a “roadtrips” familiares.
En el 2011, mis padres nos dieron una más-que-grande noticia a mis hermanas y a mí: nos íbamos a Disney.
Voy a intentar ser breve. Disney es para mí –y mis hermanas- el imaginario que nos moldeó de chiquitas. Con sus pros y sus contras, no pretendo focalizar en los “modelos”, sino en las historias. Estas películas han sido universos de nuestra infancia, diferentes reinos en donde nos atrevíamos a todo, y dónde nada ponía límites a nuestros sueños. Desde tener todas las producciones originales en VHS (se me piantan lagrimones muchos), hasta videocasettes turísticos en donde te mostraban las magia de los parques; desde el momento en que existió este universo prometedor de fantasía terrenal, siempre quise verlo con mis propios ojos, experienciarlo con todos los sentidos - evidenciar en carne propia si todo aquello que me había atrevido a soñar podía ser real. Y ese año lo comprobé.
Creía saber todo y haberlo visto todo sobre este lugar, pero nada podía haberme anticipado lo que me iba a encontrar. Fue, literalmente, mi sueño hecho realidad. Y gracias a que concreté ese sueño, puedo decir que tengo otros – de no haberlo hecho, creo que sería EL tema pendiente. Pero más allá de la primera vez en Disney (porque tuve la suerte de ir un total de tres veces), fue mi primera vez en muchas cosas. Fue mi primera vez en el aeropuerto. Fue mi primera vez en avión. Fue mi primera vez pisando tierras extranjeras. Fue mi primera vez en contacto real con el inglés (mi otra lengua madre, pero autoadquirida) Fue mi primer contacto con otra realidad.
Todo este nuevo mundo de nuevas experiencias fue de puro deleite. El planificar el viaje, el investigar, la sensación de volar… todo significó un goce absoluto, y prueba fehaciente de que estaba viviendo.
Y es como ese postre que uno no puede dejar de probar cada vez que se visita un restaurante… recordando la primera vez que tocó el cielo con las manos (o con el paladar, en ese caso).

Con la promesa de mayores detalles, quiero dejar en claro de manera muy breve que Disney me abrió las puertas, abriéndome paso para concretar mis dos grandes pasiones: el arte y el viaje.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

martes, 14 de noviembre de 2017

Realidad de ensueño


Mirad un rayo de sol, la mas inmóvil de las fuerzas inmóviles. Tiene una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo. Observad nuestro firmamento estelar que el rayo atraviesa… ¿Qué son nuestros depósitos comparados con los del universo? ¿Qué son nuestros trenes terrestres comparados con los veloces trenes de las galaxias?


- Naum Gabo & Antoine Pavsner, Manifiesto Constructivista

jueves, 12 de octubre de 2017

De cuando Wes Anderson escuchó K-pop

Al fin tengo un "cuaderno de notas", uno real. Sí, un cuaderno donde escribo notas. Donde anoto. Donde escribo cosas que surgen así porque sí, sin mucha historia. Sin ningún hilo conductor - sí con fecha (ooops, OCD) Digo al fin, porque siempre tuve todo un issue con lo stationary y en esa área en particular no puedo controlar mi inner consumer. Hasta ahora, este cuadernito ha sido testigo de muchos sucesos y diferentes aventuras psicológicas de este año. Kool. Después de un tiempito (¡mala Cami, mala! Dijiste que no ibas a panchear) lo abro de nuevo para anotar sobre la serie que me acabo de devorar: Hello, my twenties! Plis, plis, plis. Nunca lo hubiese creído siendo coreana. My girly girl floreció nuevamente. Tiene todos los condimentos que me copan y es estéticamente bella. Increíble guión (obviamente que escrito por una colega fémina llamada Park Yeon-seon) Femeneidad. Rosa. Cositas lindas. Amor. Drama. Absurdo. Girly Stuff. Girly Issues. Mucha instrospección, que fue lo que me dio vuelta. Y para nada irritante, posta. Suspension of disbelief mode on porque se merece una chance.

Y además, anotar los sueños muy extraños y vívidos que tuve este último tiempo, con personas reales aunque vagas a mi entorno. Quiero anotarlos para cuando mi terapeuta vuelva de Barcelona los analicemos juntas.


(Como que esa frase sonó muy snob)

Pero sí, otra vez, un rato de suspension of disbelief ayuda a entender muchas cosas.
Que sea mi nuevo mantra.


domingo, 8 de octubre de 2017

Lichtenberg

... no Fibonacci. Y en todo caso fractales. Pero seguro que la mayoría flasha, no entiende nada, y tampoco le interesa. Lo único que sí entendió la mayoría es que decía Lichtenberg y es fin de semana y parecía que hablábamos de cerveza, pero no. De alguna clase de leberwurst, pero no. *Pero hay una tabla de picadita*.
Pero no.
Pero ni ganas de explicarle al que no entiende. Porque cuando termine de explicarle, después de repetidos movimientos de cabeza asintiendo, probablemente me responda con: ‹‹Igual, estaría para una birrita, ¿no?››
Y prefiero acortar camino.

jueves, 5 de octubre de 2017

jueves, 28 de septiembre de 2017

Horóscopo Negro



La verdad es que no creo mucho en estas cosas, pero este *Horóscopo Negro* le da en el clavo con muchas cosas y me está re cabiendo.
Promete mucho para octubre, así que lo voy a dejar por escrito.
Después vemos qué onda.
Querida bitácora:

Conocida desconocida

¿Qué es, pues, el arte? Nada simple, eso es seguro. Y es aún más difícil saberlo en medio de los gritos de tantas gentes empecinadas en simplificarlo todo. Se quiere, por una parte, que el genio sea espléndido y solitario; se le conmina, por otra parte, a parecerse a todos. Pero ¡ay!, la realidad es más compleja. Balzac lo dio a entender en esta frase: “El genio se parece a todo el mundo y nadie se le parece”. Lo mismo ocurre con el arte, que no es nada sin la realidad, y sin que la realidad es muy poca cosa. En efecto, ¿cómo podría el arte prescindir de la realidad y cómo podría someterse a ella? El artista escoge su objeto tanto como es escogido por éste. El arte, en un cierto sentido, es una rebelión contra el mundo en lo que tiene de huidizo e inacabado; no se propone, pues, otra cosa que dar otra forma a una realidad que, sin embargo, está obligado a conservar porque es la fuente de su emoción. A este respecto, todos somos realistas y nadie lo es. El arte no es ni la negación total ni el consentimiento total a lo que es. Es al mismo tiempo negación y consentimiento, y por eso no puede ser sino un desgarramiento perpetuamente renovado. El artista se encuentra siempre en esa ambigüedad, incapaz de negar lo real y, sin embargo, eternamente dedicado a negarlo en lo que tiene de eternamente inacabado. Para hacer una naturaleza muerta es preciso que se enfrenten y se corrijan recíprocamente un pintor y una manzana. Y aunque las formas no sean nada sin la luz del mundo, añaden luminosidad a su vez a esta luz. El universo real que, por su esplendor, suscita los cuerpos y las estatuas, recibe de ellos al mismo tiempo una segunda luz que fija la del cielo. El gran estilo se halla así a medio camino entre el artista y su objeto.
No se trata, pues, de saber si el arte debe rehuir lo real o someterse a ello, sino únicamente de conocer la dosis exacta de realidad con que debe lastrarse la obra para que no desaparezca en las nubes ni se arrastre, por lo contrario, con suelas de plomo. Cada artista resuelve este problema como buenamente puede o entiende. Cuanto más fuerte sea la rebelión de un artista contra la realidad del mundo, mayor será el peso de lo real necesario para equilibrarla. La obra más alta será siempre, como en los trágicos griegos, en Melville, Tolstói o Molière, la que equilibre lo real y su negación en un avivamiento mutuo semejante a ese manantial incesante que es el mismo de la vida alegre y desgarrada. Entonces surge, de tarde en tarde, un mundo nuevo, diferente del de todos los días y, sin embargo, el mismo, particular pero universal, lleno de inseguridad inocente, suscitado durante algunas horas por la fuerza y la insatisfacción del genio. Es eso y, sin embargo, no es eso; el mundo no es nada y es todo, he ahí el doble e incansable grito de cada artista verdadero, el grito que lo mantiene en pie, con los ojos siempre abiertos, y que, de tarde en tarde, despierta para todos en el seno del mundo dormido la imagen fugitiva e insistente de una realidad que reconocemos sin haberla conocido jamás.
Albert Camus
Discurso de Suecia
Conferencia del 14 de diciembre de 1957

domingo, 17 de septiembre de 2017

Cosmovisión micro

He vertido café en la tacita, he añadido la sacarina, remuevo con la cucharilla y, cuando la saco, observo en la superficie del líquido caliente un pequeño remolino en el que se dispersa en forma elíptica la espuma del edulcorante mientras se disuelve. Me recuerda de tal modo una galaxia que, en los cuatro o cinco segundos que tarda en desaparecer, imagino que lo ha sido de verdad, con sus estrellas y sus planetas. ¿Quién podría saberlo? Me llevo ahora a los labios la tacita y pienso que me voy a beber un agujero negro. Seguro que la duración de nuestros segundos tiene otra escala, pero acaso este universo en el que habitamos esté constituido por diversas gotas de una sustancia en el trance de disolverse en algún fluido antes de que unas gigantescas fauces se lo beban.


- José María Merino

domingo, 10 de septiembre de 2017

The stars, the moon, they have all been blown out

I took the stars from my eyes, and then I made a map and knew that somehow I could find my way back

martes, 5 de septiembre de 2017

sábado, 26 de agosto de 2017

My body aches for you

when saturday night comes / i will search for you in the mouths / of strangers / and i will drink vodka / hoping the burn in my throat / will burn less / than the thought of you / fucking her / and my friends will cry / as they watch me spitting up blood / mixed with your name

viernes, 25 de agosto de 2017

miércoles, 9 de agosto de 2017

domingo, 30 de julio de 2017

Encru-sentada

Emociones encontradas después de caer en la cuenta de que pasé todo un día sentada en el sillón enfrentada a Netflix.
- Todo el día en el sillón.
- Pero es que hay muchas cosas interesantes para ver.
- Pero todo el día. Y el morfi, mamita.
- Pero muy interesantes. No sólo docus, sino series que abordan temas atemporales que conciernen a la humanidad.
- .. Saliste al afuera dos veces en el día.
- Pero es que lo comparto con mi mamá y mis hermanas. Me río mucho mientras aprendo mucho.
- Pero todo el día. Sillón. Netflix. Piernas entumecidas. Panza con levadura. Culo adormecido. Los pozos de la celulitis ya tienen nombre y fecha de creación.
- Pero estoy con gente que quiero. Y me quieren. Y me río mucho. También me enojo, obvio, pero me río mucho.
- .. Y no fue sólo hoy, fueron todas las vacaciones.
- Y la acumulación residual del morfi en depósitos de pus en la cara. Y los pelos que podés elegir como escarbadientes a lo largo de todo tu cuerpo.
- Bueno, pero comparto. Y escucho. Y me río. Y me solicitan. Y pido. Y jodo. Y me río.
- Y todo parado por otro lado.

- Pero no me río sino. Y fumo mucho sino. Y bruxo mucho sino. Y me agarran palpitaciones y me lastimo los padrastros (los lados de la uña, sólo en los dedos pulgares de la mano)

Mientras tanto,
de fondo se escucha programa de turismo de muy bajo presupuesto,
otras teclas de otros teclados de otras compus son también presionadas,
un celular, que no es el mío, emite sonidos desde un sillón poniendo de manifiesto el uso de alguna red social,
y la casi-imparcial-pero-consciente pasividad de mis impulsos en contra del sistema se evidencia en el gasto desmedido de energía que connota que estoy compartiendo un poquito de vida con personas que me hacen bien,


sí.