martes, 28 de junio de 2011
God help the girl
¿Por qué cuento las horas si son todas iguales, todas hechas de tu rostro increíble, a veces benéfico como una deidad protectora, a veces tan colérico y guerrero que me dan ganas de esconderme, a pesar de que no hay nadie en mi habitación? Las horas de mi silencio, las horas de mi espera. ¿Cuánto falta para verte unos minutos?¿Cuántos centenares de horas para hablarte unos minutos? Y ni siquiera esos minutos me aseguran nada. A veces estás con otra gente, a veces mi emoción no me deja mirarte y es como si no hubiera ido a verte.
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Qué poética.
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