jueves, 13 de julio de 2017

Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente 
porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. 
No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. 
Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. 
Ya no dedico un minuto a quien miente o quiere manipular. 
Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. 
No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. 
No me ajusto más con la barriada o el chusmerío. 
No soporto conflictos y comparaciones. 
Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. 
En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. 
No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. 
Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. 
Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia.


- Meryl Streep, capageniasabiabellamaravillosamujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario