martes, 12 de diciembre de 2017

When you wish upon a star

La pasión despertó con mi primer viaje a Disney.
Antes habíamos tenido vacaciones familiares, sí: desde pequeña, a las playas más conocidas, pasando por Córdoba y Bariloche, y alrededores. Hasta mis diecisiete había sido así, recorrer íconos del país en base a “roadtrips” familiares.
En el 2011, mis padres nos dieron una más-que-grande noticia a mis hermanas y a mí: nos íbamos a Disney.
Voy a intentar ser breve. Disney es para mí –y mis hermanas- el imaginario que nos moldeó de chiquitas. Con sus pros y sus contras, no pretendo focalizar en los “modelos”, sino en las historias. Estas películas han sido universos de nuestra infancia, diferentes reinos en donde nos atrevíamos a todo, y dónde nada ponía límites a nuestros sueños. Desde tener todas las producciones originales en VHS (se me piantan lagrimones muchos), hasta videocasettes turísticos en donde te mostraban las magia de los parques; desde el momento en que existió este universo prometedor de fantasía terrenal, siempre quise verlo con mis propios ojos, experienciarlo con todos los sentidos - evidenciar en carne propia si todo aquello que me había atrevido a soñar podía ser real. Y ese año lo comprobé.
Creía saber todo y haberlo visto todo sobre este lugar, pero nada podía haberme anticipado lo que me iba a encontrar. Fue, literalmente, mi sueño hecho realidad. Y gracias a que concreté ese sueño, puedo decir que tengo otros – de no haberlo hecho, creo que sería EL tema pendiente. Pero más allá de la primera vez en Disney (porque tuve la suerte de ir un total de tres veces), fue mi primera vez en muchas cosas. Fue mi primera vez en el aeropuerto. Fue mi primera vez en avión. Fue mi primera vez pisando tierras extranjeras. Fue mi primera vez en contacto real con el inglés (mi otra lengua madre, pero autoadquirida) Fue mi primer contacto con otra realidad.
Todo este nuevo mundo de nuevas experiencias fue de puro deleite. El planificar el viaje, el investigar, la sensación de volar… todo significó un goce absoluto, y prueba fehaciente de que estaba viviendo.
Y es como ese postre que uno no puede dejar de probar cada vez que se visita un restaurante… recordando la primera vez que tocó el cielo con las manos (o con el paladar, en ese caso).

Con la promesa de mayores detalles, quiero dejar en claro de manera muy breve que Disney me abrió las puertas, abriéndome paso para concretar mis dos grandes pasiones: el arte y el viaje.

1 comentario:

  1. VOS IMAGINATE ESTO,
    intro gativideo - "disney es magia es diversión" con mickey agitando las olas - ansiar descontroladamente aparecer en orlando después de ver la publicidad de los parques - placa de proximos estrenos - "busque el simpatico holograma de disney en el lomo" y chequear en la caja si tus viejos compraban pirata - "preparate para la pelicula" - musiquita magica que acompaña al castillito.. OHHH LA SECUENCIA MÁS GLORIOSA DE LA JUVENTUD NOVENTOSA. como los goonies, videoclù never say die!
    me hiciste acordar, que cosa hermosa la montaña del everest, no habia forma de que me bajen de ahí, terminaba y volvía a hacer la cola

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