Debo ir a inscribirme a la facultad. Esto me ha producido
escalofríos. Todo un cuestionario existencial que replantea deseos y objetivos.
He llegado a la conclusión de que ya no me conozco. Ya no
sé qué quiero. Ya no sé que se supone que debo hacer. Ya no sé nada. No tengo
motivaciones ni provecho. Todas mis metas y deseos se ven reducidas a la nada.
Y me atrevo a decir que en toda mi vida, jamás he conseguido tener lo que
deseaba de corazón. Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea,
creo que acaba por no saber incluso lo que quiere.
Curioso. Justo cuando creía que los deja vu no existían.
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