Emociones encontradas después de caer en la cuenta de que pasé todo un día sentada en el sillón enfrentada a Netflix.
- Todo el día en el sillón.
- Pero es que hay muchas cosas interesantes para ver.
- Pero todo el día. Y el morfi, mamita.
- Pero muy interesantes. No sólo docus, sino series que abordan temas atemporales que conciernen a la humanidad.
- .. Saliste al afuera dos veces en el día.
- Pero es que lo comparto con mi mamá y mis hermanas. Me río mucho mientras aprendo mucho.
- Pero todo el día. Sillón. Netflix. Piernas entumecidas. Panza con levadura. Culo adormecido. Los pozos de la celulitis ya tienen nombre y fecha de creación.
- Pero estoy con gente que quiero. Y me quieren. Y me río mucho. También me enojo, obvio, pero me río mucho.
- .. Y no fue sólo hoy, fueron todas las vacaciones.
- Y la acumulación residual del morfi en depósitos de pus en la cara. Y los pelos que podés elegir como escarbadientes a lo largo de todo tu cuerpo.
- Bueno, pero comparto. Y escucho. Y me río. Y me solicitan. Y pido. Y jodo. Y me río.
- Y todo parado por otro lado.
- Pero no me río sino. Y fumo mucho sino. Y bruxo mucho sino. Y me agarran palpitaciones y me lastimo los padrastros (los lados de la uña, sólo en los dedos pulgares de la mano)
Mientras tanto,
de fondo se escucha programa de turismo de muy bajo presupuesto,
otras teclas de otros teclados de otras compus son también presionadas,
un celular, que no es el mío, emite sonidos desde un sillón poniendo de manifiesto el uso de alguna red social,
y la casi-imparcial-pero-consciente pasividad de mis impulsos en contra del sistema se evidencia en el gasto desmedido de energía que connota que estoy compartiendo un poquito de vida con personas que me hacen bien,
sí.
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